sábado, 4 de marzo de 2017

El autobús de la discordia

Recientemente ha sido muy comentado el autobús fletado por Hazte Oír con el mensaje: "Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo." 







Ha habido mucha gente que lo ha criticado a través de redes sociales acusándolo de transfobo, la asociación LGTB Acrópoli y la delegación del gobierno en Madrid han denunciado a  Hazte Oír por dicho autobús, y los ayuntamientos de Barcelona, Hospitalet y Sant Cugat han anunciado que no permitirán el tránsito del autobús por sus municipios.

Conviene recordar que recientemente en el País Vasco y Navarra se llevó a cabo una campaña en la cuál se colocaron carteles con el lema "Hay niñas con pene y niños con vulva. Así de sencillo. La mayoría sufre cada día porque la sociedad desconoce esta realidad. Hablemos de ello. Su felicidad también depende de ti."



Hay otros que han señalado que en el Carnaval de Canarias se otorgó el primer premio a un intérprete que realizó una actuación controvertida con referencias a la Virgen y a Jesucristo, y que esta actuación podría herir la sensibilidad de los católicos.





Yo en el blog ya he hablado en numerosas ocasiones sobre la libertad de expresión, opinando sobre lo que se podía comentar y sobre lo que debía ser censurado.


Pues bien, creo que en este caso, ni la actuación del carnaval, ni la campaña de carteles en el País Vasco y Navarra, ni el autobús de Hazte Oír merecen ser censurados. Puede que cada uno de ellos pueda ser ofensivo para ciertas personas, que puedan considerarlo de mal gusto, intolerable, discriminatorio, o transfobo. Lo que no entiendo es que muchos se lleven las manos a la cabeza cuando se condena a gente por enaltecimiento del terrorismo e injurias a las víctimas debido a comentarios en twitter, y ahora pidan censura. ¿En qué quedamos? Al menos ahí Strawberry, el cantante de Def con Dos, es coherente. Está inmerso en un proceso judicial por injurias a las víctimas, y respecto al autobús ha alegado que no le gusta pero que debería permitírsele circular.


El mensaje del autobús puede ser ofensivo para ciertas personas. Eso lo puedo entender. Pero también puede ser ofensiva la actuación de Carnaval de Canarias. En cualquier caso será la justicia quien deba decidir, aunque si dependiese de mí, por muy deleznables que pudiese considerar ambas cosas, creo que entran dentro de la libertad de expresión.



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