miércoles, 28 de febrero de 2018

Las turbulencias de Pedro Sánchez

Vamos camino de cumplir un año desde que Pedro Sánchez volvió a ser elegido secretario general del PSOE ocho meses después del "golpe" que le desbancó del poder y que forzó la abstención ante Rajoy.

Aunque en un principio se suponía que estrecharía lazos con Podemos y se estableció una coordinación conjunta en temas como el salario mínimo, la ley mordaza o la ley de educación, pronto quedó sepultada por la crisis en Cataluña, que ha alejado a los dos partidos, pese a la promesa de Pedro Sánchez de reconocer a Cataluña como nación, algo que no todos en el PSOE acaban de ver.




 Así, el PSOE se ha alineado con el PP y Ciudadanos en la aplicación del artículo 155, si bien ha pujado por que sea lo más "light" posible. De este modo, forzó al PP a aceptar no intervenir TV3, la televisión pública catalana que dista mucho de ser plural y objetiva, aunque siendo sinceros lo mismo se podría decir de TVE, Telemadrid o la ETB.

Además, tras el pseudo referéndum del 1 de Octubre, la dirección del PSOE presentó en el Congreso una moción de reprobación contra la Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría por su gestión al frente del Ministerio de la Presidencia ese día, en concreto con la actuación policial.
El revuelo que causó esta propuesta, incluidas las propias filas del PSOE, hizo que la dirección del partido la aplazase indefinidamente.




Recientemente el PP ha sugerido que podría forzar el castellano como lengua vehicular en la escuela pública catalana, en línea con diversas sentencias judiciales. Pues bien, el PSOE de Pedro Sánchez se ha vuelto a oponer, diciendo que hacerlo vía el 155 no es la solución, ya que la aplicación de este artículo debe ser técnica, no política. Conviene recordar que el PSC está a favor de la inmersión lingüística, y que es uno de los pilares de apoyo de Pedro Sánchez.


Si estas medidas han ido crispando a los barones críticos con la dirección que apoyaron a Susana Díaz y a la gestora que se hizo cargo del partido tras la dimisión de Sánchez (Vara, Page, Barreda, Guerra, la propia Susana, Lambán...etc), no lo han hecho menos otras medidas como que la dirección del PSOE en Asturias aprobase impulsar el bable como lengua oficial en la región, con la oposición del antiguo presidente de la Gestora y actual presidente de la Comunidad Autónoma Javier Fernández. Los críticos con esta medida están proponiendo un referéndum en las bases, el cuál es posible dado que el nuevo reglamento del partido impulsado por la dirección de Pedro Sánchez da mayor poder a la militancia al hacer obligatorias las consultas sobre pactos de investidura o gobierno, y posibles las consultas sobre cuestiones relevantes.
También ha surgido una plataforma ciudadana contra la cooficialidad del bable.

 

Aparte de dichas consultas, el nuevo reglamento fija la elección del Secretario general en primarias, reduciendo el número de avales para presentar candidatura del 5 al 1% y estableciendo una segunda vuelta para los 2 candidatos más votados en caso de que ninguno superase el 50% en primera vuelta.
Para remover al secretario general ya no bastaría con una moción de censura del comité federal o la dimisión de la ejecutiva, sino que la moción deberá ser respaldada por las bases. Y en caso de que hubiese una gestora, solo tendrá un mandato de 90 días.

Por otra parte, para elegir al candidato del PSOE a presidente de gobierno (que no tiene por qué coincidir con quien ha sido elegido para secretario general), se celebrarán elecciones primarias (en caso de que el PSOE estuviese en la oposición) de forma abierta, pudiendo participar también los que no son afiliados ni simpatizantes mediante un pago simbólico tras su inscripción en el censo. Si el PSOE estuviese en el poder, solo habría primarias si lo solicita un 30% de la militancia o el Comité Federal.

Para las autonómicas y municipales también puede haber primarias, pero su celebración no es obligatoria, sino que depende de la voluntad de la dirección nacional.

Además se aprobaron otros cambios como el modo de elección del Comité Federal o el límite de mandatos.


A mi juicio estos cambios son positivos al dar más poder a la militancia, pero dejan un poco que desear en cuanto que la dirección nacional se reserva el derecho de autorizar o no ciertas consultas o primarias, según le convenga, lo que podría hacer que no autorizase la consulta a las bases acerca de la apuesta por la oficialidad del bable de la dirección asturiana del partido.


Otro asunto que exaspera es la situación en Baleares, donde gobierna el PSOE junto a nacionalistas, y que al igual que en Cataluña y parece que como quieren hacer en Asturias, está usando la lengua como elemento diferenciador, al introducirla como requisito en el acceso a la función pública. El colectivo que más está protestando es el de la sanidad, que no entiende, y con razón, que se valore más para ser médico en Baleares el conocimiento del catalán (o mallorquí) que el hecho de tener un Máster en una determinada especialidad médica.



Según las encuestas el PP y Podemos están bajando y Ciudadanos está subiendo, mientras que el PSOE se mantiene. De hecho en las elecciones impulsadas por el artículo 155 en Cataluña, las encuestas decían que el PSC podía subir, pero al final solo lo hizo en un escaño. Desde sus propias filas reconocieron que perdieron muchos votantes en favor de Ciudadanos cuando a Iceta se le ocurrió decir que indultaría a los condenados por sedición al proclamar la república catalana.


Aparte de temas nacionalistas y lingüísticos, el PSOE se ha alineado con Podemos en su rechazo a la gestación subrogada, alegando que se oponen a la comercialización del cuerpo de mujeres, cuando la propuesta que presentó Ciudadanos prohibía el lucro y únicamente amparaba a las gestantes altruistas.

Respecto a la ley electoral, qué sorpresa, se ha alineado con el PP para desde luego no cambiar la circunscripción provincial, y ni siquiera cambiar la ley D'hondt o aumentar el nº de escaños, con lo que la mayor proporcionalidad que buscan Ciudadanos y Podemos, y que el PSOE prometía en su programa electoral, se va a quedar una vez más en nada.



El ministro De Guindos va a ocupar el cargo de Vicepresidente del Banco Central Europeo, y qué sorpresa, el PSOE se ha opuesto y se ha alineado con Podemos. Como cuando tras las elecciones europeas de 2014 Pedro Sánchez accedió por primera vez al cargo de secretario general y ordenó que se votase en contra de Juncker como Presidente de la Comisión por ser conservador, cuando se había firmado un pacto a nivel europeo entre conservadores, socialistas y liberales. Pues aquí ha sucedido lo mismo. Ha podido más la ideología que el sentido común, que España esté representada aunque sea con un conservador. Y eso pese a que socialistas y liberales europeos están dispuestos a apoyar a De Guindos, y por tanto tiene la plaza asegurada.


Y la última gota que está colmando el vaso es la negativa a apoyar a Elena Valenciano como presidenta del grupo socialista europeo en el Parlamento Europeo, reemplazando a Gianni Pittella, quien previsiblemente será senador en Italia tras las elecciones de este país. La razón esgrimida es que apenas quedan 15 meses para las elecciones europeas, y que es mejor que tras ellas la cabeza de lista del PSOE para las europeas (que dicen que será una mujer), encabece el grupo parlamentario por 5 años, y no por 15 meses.
Visto así parece en cierta medida lógico. Pero lo que sucede es que Elena Valenciano se alió con Susana Díaz en las primarias del PSOE, y por eso no quieren apoyarla. Si estuviese en la línea de Pedro Sánchez, a nadie se le habría pasado por la cabeza lo de los 15 meses.

En el PP decían que normal que el PSOE no apoyase a De Guindos si ni siquiera apoyaba a una de su partido (Elena Valenciano) en el Parlamento Europeo.


(Elena Valenciano en un acto de campaña para las elecciones europeas de 2014 junto a Susana Díaz. Foto ABC).



En resumen, la dirección del PSOE está patinando mucho, demasiado. No llega al nivel de Unidos Podemos, porque ya sería estratosférico. Bescansa no se ha cansado de avisar de que la gestión del tema catalán les está haciendo perder votos de forma exponencial, pero la dirección trata de silenciarla y de quitarla relevancia. Así les irá en las elecciones. Y el PSOE como no se ande con cuidado, puede perder la segunda plaza en favor de Ciudadanos, que está subiendo mucho en las encuestas por su acertada gestión en el tema catalán y sus propuestas igualitarias en el sentido de que la lengua no sea un requisito para acceder a la función pública, que la financiación autonómica sea sin privilegios (ejem cupo vasco ejem), que la ley electoral sea proporcional o al menos más de lo que lo es ahora, o por sus exigencias anti-corrupción al PP.
De momento se están mostrando firmes para exigirle que cumpla lo pactado (ampliar permiso de paternidad, equiparar sueldos de los cuerpos policiales, facilitar guarderías, reducir aforamientos, reforma del Senado o de las Diputaciones...etc). Si no lo hace, dicen, les retirarán el apoyo. Confiemos en que mantengan su palabra, porque lo contrario les desprestigiaría.

No creo que haya cambios en el PSOE a corto plazo, pero si tras las elecciones de 2019 (municipales, autonómicas, europeas y quien sabe si generales en caso de adelanto) el PSOE no mejora su posición, puede que el puesto de Pedro Sánchez vuelva a estar en peligro. Parece claro que está habiendo una fractura entre barones y militantes. Quien sabe si no podría resultar en una ruptura o escisión. De momento ya está habiendo trasvase de votos y militantes del PP a Ciudadanos. No descartaría que sucediese lo mismo por parte del PSOE hacia Ciudadanos. Así como en su día el PSOE y el PP aglutinaron a gente procedente de UCD, esta vez podría pasar lo mismo pero a la inversa, que Ciudadanos aglutinase a gente del PP y del PSOE, volviendo a poner al centro en primera posición.


(En este gráfico se observa el trasvase de votos entre partidos en una encuesta elaborada por el CIS en Octubre de 2017, en plena crisis del conflicto catalán. Se puede apreciar lo significativo del trasvase de votos del PP a Ciudadanos, del PSOE a Ciudadanos, y de Unidos Podemos al PSOE y en menor medida a Ciudadanos. Esto hace que los votos recibidos por Ciudadanos sean muchos más de los que pierde en favor de PP y PSOE; y los recibidos por PP y Unidos Podemos muchos menos de los que pierden. El PSOE recibe más de Unidos Podemos que los que pierde en favor de Ciudadanos, pero está más equilibrado).



Para evitarlo el PSOE tendría que volver a posiciones más centrales, pero parece difícil con Pedro Sánchez a la cabeza mirando de reojo a Podemos. Lo cierto es que la apuesta por un PSOE más a la izquierda tenía sentido en una socialdemocracia europea y mundial que está viendo cómo cada vez más opciones nuevas a la izquierda empiezan a ganar peso, ya sea Sanders en EEUU, Hamon en Francia, Corbyn en Reino Unido, Costa en Portugal, o el partido surgido de la escisión del partido demócrata italiano por la deriva derechista de Renzi: "Libres e Iguales", promovida por el juez antimafia Pietro Di Grasso.

(Cartel electoral de Pietro Di Grasso).

Sin embargo el PSOE se enfrenta al problema de los nacionalismos que no existe o no tiene tanta importancia en los países arriba mencionados. Y eso hace que si no tiene una postura firme contra ellos, los votantes les vean como al resto. Si bien el PSOE ha apoyado el 155 y rechaza el referéndum, no es más beligerante con otras cuestiones como he mencionado, y eso hace que si bien no pierda muchos votos, tampoco los gane, y quien resulte vencedor sea Ciudadanos.
Podemos por su parte al rechazar el 155 y apoyar el referéndum no solo es que no gane votos, sino que los pierde, y de forma muy importante, ya que no se diferencian prácticamente en nada de los nacionalistas.


Por su parte el PP tendría que espabilar y atreverse a criticar a Rajoy. Carcomidos como están por la corrupción y la inacción en muchas políticas, sus votantes tradicionales empiezan a ver con buenos ojos a Ciudadanos (los menos tradicionales hace tiempo que ya se pasaron a votar a este partido). El tema de las pensiones puede suponerles en este sentido un verdadero quebradero de cabeza.


(Manifestación frente al Congreso en favor de una subida digna de las pensiones. Foto El País).

No hay comentarios: