martes, 2 de julio de 2013

Protestas en Egitpo, Turquía y Brasil.

Tarde, lo sé, pero más vale tarde que nunca, procedo a dar mi opinión en esta entrada sobre las protestas que en los últimos días se están dando en Egipto, Turquía y Brasil.

Comenzaré con Egipto.

En Diciembre decía que Mursi debía dar un paso atrás. Y en cierta medida lo hizo, pues revocó el decreto que le otorgaba inmunidad. Sin embargo los laicos siguen protestando enormemente, y piden que dimita. Lo último ha sido pedir al ejército que intervenga para deponer a Mursi.
Si en Diciembre decía que Mursi tenía que dar un paso atrás, ahora (y podría haberlo dicho hace 2 o 3 meses), creo que es la oposición la que debe dar un paso atrás. Están tensando mucho la cuerda con movilizaciones y rechazando cualquier clase de diálogo.
Parece que tienen poca memoria y no se acuerdan de que el Ejército, al que ahora reclaman ayuda, cuenta con gran poder en Egipto y que les costó mucho soltarlo para otorgárselo a Mursi. Además, los partidarios del viejo régimen y de Mubarak aprovechan la situación y no dudan en aproximarse a los laicos. Parece que ahora todos se unen contra Mursi como si fuera el nuevo Mubarak. Nada más lejos de la realidad. Como ya indiqué en la anterior entrada, Mursi ganó democráticamente, y estoy bastante convencido de que si volviesen a celebrarse elecciones, volvería a ganar, sino él, sí los Hermanos Musulmanes.
Esto me recuerda bastante a la Revolución Francesa, la hizo la gente de izquierdas, cuando hubo elecciones ganó la gente de derechas, luego volvió a haber otra revuelta de izquierdas, en las urnas volvió a ganar la derecha, y así constántemente. En la Revolución Rusa pasaba algo parecido hasta que Lenin impuso la dictadura del proletariado (o del PCUS, según como se mire).

Los laicos deberían respetar el voto en las urnas. Eso no quiere decir que no protesten, faltaría más. Pero tampoco se deben obcecar en pedir la dimisión de Mursi incluso reclamando ayuda al Ejército. En mi opinión deberían dialogar con los Hermanos Musulmanes. Creo que en este caso, el diálogo y no la confrontación, es lo que debería darse en Egipto, de lo contrario continuarán la inestabilidad y los enfrentamientos, y no creo que eso sea deseable. Porque hay que recordar que no sólo los laicos se movilizan (en ocasiones de forma violenta quemando cofradías de los Hermanos Musulmanes).


(Sede de los Hermanos Musulmanes (1ª fuerza en votos en las primeras elecciones democráticas en mucho tiempo en Egipto) en Alejandría quemada por manifestantes laicos).

También los Hermanos Musulmanes se manifiestan respaldando la legitimidad en las urnas de Mursi, y no son pocos, sino prácticamente la misma cantidad que los laicos.

En resumen, una sociedad muy polarizada, que en mi opinión para salir del conflicto deberían tratar de dialogar, y no de imponer.






Acerca de Turquía.


Las protestas comenzaron por la construcción de un centro comercial en un parque, y derivaron en críticas al Gobierno, al que acusan de querer islamizar el país. Turquía tiene un alto historial en golpes de Estado por parte del ejército y de los laicos, así que espero que se vea justificado mi escepticismo respecto a los laicos. Erdogan ha reformado el ejército para evitar estas interferencias. Es cierto que ha promovido algunas medidas como limitar el consumo de alcohol que no casan muy bien con el pensamiento de algunos, pero una vez más, como en el caso de Egipto, hay que recordar que el partido de Erdogan ganó las elecciones con una mayoría amplísima, mayor incluso que la de los Hermanos Musulmanes.
Por tanto, los laicos, que protesten si quieren, pero de ahí a llamar dictador a Erdogan, va un trecho enorme,


(Cartel con la foto de Erdogan llamándole Dictador en Turquía).

pues este sigue teniendo el apoyo mayoritario de la sociedad. Al igual que con los Hermanos Musulmanes en Egitpo, los partidarios de Erdogan también se manifiestan dándole su apoyo y son bastante numerosos.

Creo que los laicos se están pasando un poco de rosca. Hay cosas denunciables, como las actuaciones policiales, que deben ser investigadas, o el escaso diálogo por parte del Gobierno respecto a la construcción del centro comercial en el parque y otros asuntos, de acuerdo, y se deben mejorar, pero que tampoco pretendan hacer ver al nuevo Erdogan como el malo de la película porque no es así. Ha ganado muchas elecciones limpiamente y de forma aplastante, y desde luego su país no es tan estricto en el Islam como lo puedan ser otros tipo Afganistán, Irán, Arabia Saudí o Pakistán.

Lo que más me enoja de todo esto es que haya gente que no dude en ir contra Erdogan o Mursi y sí duden en ir contra Gadafi o Al Assad. Los 2 primeros han ganado elecciones democráticamente y tienen el apoyo de muchos seguidores, además aunque se hayan producido algunas muertes, desde luego no son comparables a las que provocaron Gadafi o Al Assad, que por más inri, no celebraron elecciones democráticas.
No le veo sentido a criticar a unos pero no decir nada sobre los otros. Ningún sentido.




Y finalmente, sobre Brasil.


No negaré que de los 3 países que cito en esta entrada, es en el que las protestas me generan mayor simpatía. Es cierto que Brasil está creciendo económicamente y ha conseguido sacar a bastante gente de la pobreza. Pero aún así tiene bastantes problemas, especialmente con la corrupción, y otras como las actuaciones policiales, o el escaso gasto en sanidad, educación o transportes, comparado con el descomunal gasto previsto para las infraestructuras de la Copa Confederaciones y del Mundial.
Todo ello ha hecho que los jóvenes brasileños salgan a protestar.


(Un joven brasileño protesta con la careta de Anonymous y la bandera de Brasil).

Afortunadamente parece que las autoridades están reaccionando y ya hablan de reformas. Veremos a ver si son suficientes para los manifestantes. En cualquier caso hay que alegrarse de que los brasileños muestren su fuerza en las calles (siempre que sea de forma pacífica), eso significa que las autoridades deben contar con ellos y escucharles. Si no hubiesen protestado, probablemente nadie se acordaría de ellos y las reformas ni se habrían planteado.



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