Ha pasado ya más de un mes desde las elecciones andaluzas. El PSOE había estado gobernando con el apoyo de IU, que tenía consejerías y estaba en el Gobierno. Se habían sacado iniciativas adelante, algunas paradas por el Tribunal Constitucional. Y se iban a sacar otras. IU convocó un referéndum para decidir si seguía dando apoyo al PSOE o no, a pesar de que la entrada en el gobierno fue aprobada también en referéndum entre sus militantes por gran mayoría (aunque algunos pesos pesados como Anguita o Gordillo se opusieron). A partir de ahí se hacen lecturas diferentes:
A) Susana Díaz sintió que su gobierno dependía de otro referéndum de IU, no se sintió respaldada, y anticipó las elecciones.
B) El gobierno del PSOE no quería aprobar el resto de medidas firmadas con IU en el pacto de gobierno, entre ellas la banca pública y la reforma electoral, y utilizó el referéndum como excusa para convocar elecciones y liberarse de la presión de IU y del pacto firmado.
C) Ante el auge de PODEMOS, les entró miedo, y decidieron anticipar las elecciones para pillarles con el pie cambiado, cuando aún no tenían candidato/a en Andalucía ni órganos. Así conseguirían menos votos y se asegurarían la estabilidad en la región por un tiempo.
En realidad todas ellas podrían ser a la vez. Y todas han funcionado, pues no han tenido que cumplir las exigencias del pacto y el PSOE ha reforzado su posición...¿o no?
Veamos.