domingo, 24 de febrero de 2013

El legado de Benedicto XVI: Los cambios necesarios en la Iglesia Católica

La renuncia del Papa ha pillado a todo el mundo por sorpresa. La versión oficial es que está ya mayor, con la salud delicada, y no se siente con fuerzas. No dudo de esta versión, que es bastante cierta. De hecho, me parece inteligente, pues la Iglesia necesita a un Papa fuerte, con energía, para poder desarrollar su labor, no a un Papa mayor que casi no se puede mover y por tanto no puede desarrollar adecuadamente su labor.

Ha habido mucha gente que se ha metido con Benedicto XVI, acusándole entre otras cosas de ser nazi, puesto que participó en las juventudes hitlerianas en su juventud.


(Ratzinger de joven, con uniforme).

La participación de Ratzinger en las juventudes hitlerianas me resulta anecdótica por varios motivos: 1º, era muy joven (nació en 1927, y participó en las juventudes hitlerianas a partir de los 14 años escasos; francamente no creo que se pueda juzgar a nadie por lo que hizo a los 14 años). 2º, porque además, dicha afiliación era obligatoria. El régimen nazi obligó a partir de marzo del 39 afiliarse a las juventudes hitlerianas a todos los seminaristas (y Ratzinger era seminarista por aquel entonces). Y 3º, porque cuando fue llamado a filas, sobra decir que fue de forma obligatoria al final de la guerra cuando el régimen agonizaba y tenía que tirar de personas muy jóvenes, Ratzinger tenía 16 años (y al igual que creo que no se puede juzgar a nadie por lo que hizo a los 14 años, tampoco creo que se pueda hacer por lo que hizo a los 16). Acabada la guerra a los 18 años, retomó sus estudios de sacerdote.

Por tanto, la acusación de mucha gente (y nótese que hablo en general, no de la de nadie en particular) de que el papa es nazi, o fue nazi, o tenía simpatías con los nazis, me resulta absurda e interesada, para hacer daño, sin basarse en la realidad, pues como ya he dicho, era muy joven, era obligatorio, y seguramente muchos en su situación habríamos hecho lo mismo.


Retomando a su labor como Papa, en mi opinión fue más valiente que Juan Pablo II. En efecto, Benedicto XVI trató de poner orden en el Banco Vaticano, el IOR. Un Banco, que, este sí, pesan sobre él grandes sospechas de blanqueo de dinero y de tratos con la mafia en los años 80 y anteriormente. De hecho, Juan Pablo I, que duró solo un mes en el pontificado, también trató de poner orden en dicho banco. Hay una teoría conspirativa que dice que no murió de forma natural, sino que le quitaron de en medio precisamente por tratar de esclarecer las cosas en dicho banco.


(Libro que se apunta a la teoría de la conspiración sobre la muerte de Juan Pablo I en relación con el Banco Vaticano).

Luego llegaría Juan Pablo II, quien no revolvió las cosas.
Respecto a este asunto, Benedicto XVI nombró en 2009 a Tedeschi presidente del IOR para tratar de hacer limpieza. Tras varias guerras internas en el Vaticano, fue cesado el mismo día que detuvieron al mayordomo del Papa. Tedeschi escribió un informe sobre lo que había averiguado del IOR, y dijo temer por su vida.
La detención del mayordomo por filtrar papeles secretos ha sido muy sonora, pero ha servido para callar lo que esos papeles revelaban. Es como ir contra el mensajero en vez de contra el mensaje. El mayordomo, Gabriele, estaba harto de las guerras internas, y filtró documentos a la prensa para intentar cambiar las cosas. Cuando se supo, le cesaron, le interrogaron, le condenaron, le indultaron, y finalmente le dieron otro puesto de trabajo.


(El mayordomo Gabriele junto al Papa).

Posteriormente, Benedicto XVI ordenó a 3 cardenales una investigación sobre este escándalo de las filtraciones, conocido como Vatileaks, en referencia a las filtraciones de Wikileaks. Los 3 cardenales redactaron un informe que fue entregado al Papa en Noviembre. Se dice que es un informe demoledor, que habría pesado en la decisión del Papa de renunciar, debido a lo que revela su contenido.
También se dice que antes del cónclave para elegir al nuevo Papa, se leerá el informe a los cardenales electores y por tanto elegibles, para que lo conozcan y actúen en consecuencia a la hora de votar al nuevo Papa.

Otro escándalo mayúsculo al que se ha tenido que enfrentar Benedicto XVI más allá de las acusaciones de su pasado, del Banco Vaticano, de las guerras internas, y de las filtraciones, ha sido sin duda el de la pederastia. Vale que no todos los curas son pederastas, estaría bueno. Pero tampoco son una ínfima parte. Por lo que se sabe hasta ahora ha habido muchísimos casos que se han ido revelando poco a poco, y probablemente nos esperan más en el futuro.
Este caso me recuerda al de la corrupción en la política o al dopaje en el deporte. Está claro que no todos los políticos son corruptos ni que todos los deportistas profesionales se dopan. Pero también está claro que la corrupción está fuertemente extendida en la política, y que el dopaje está fuertemente extendido en el deporte profesional.
Ante estos casos, se tacha a los que han sido condenados. Muy pocos que no han sido pillados confiesan. No recuerdo a ningún político que no ha sido pillado que haya confesado. Es más, hay políticos condenados que dicen que son inocentes. Si recuerdo en cambio deportistas que no les pillaron, como Riis, que acabaron confesando.
También hay otro punto en común, que es el decir: eso es cosa del pasado, ya ha cambiado, hay que mirar hacia adelante. Pues no. Debemos aprender de nuestros errores para poder corregirlos, y por tanto hay que investigar bien a fondo el dopaje a lo largo de la historia del deporte, caiga quien caiga, pues la verdad es siempre revolucionaria. Hay que investigar casos de corrupción, da igual que hayan prescrito, para saber la verdad sobre varios sucesos. Y también hay que investigar todos los casos de pederastia en la Iglesia Católica. Hay quien dice, y con razón, que se da más publicidad a estos casos de pederastia porque los cometieron curas, que hay muchas otras personas pederastas a los que no se les denuncia tanto. Y es cierto, pero no es menos cierto que se supone que si eres cura, o sacerdote, debes portarte bien, y no se entiende que se haya aceptado a una persona que después pudiera hacer algo así. Está claro que los mecanismos de control fallaron. Antes mucha gente iba a los seminarios pues era una forma de poder comer todos los días, independientemente de su fé y de su moral, y por lo que parece, se permitió a muchas personas dudosas, como se ha demostrado, ser sacerdotes o frailes.

Por tanto, conocer bien todo lo que pasó, cooperar sin límites con la justicia, expulsar de la Iglesia Católica a los culpables, y establecer mecanismos de control para que eso no vuelva a suceder.

Vuelvo a reivindicar aquí a Benedicto XVI frente a Juan Pablo II. A diferencia de este, Benedicto pidió perdón por los casos de pederastia. Por poner algún ejemplo. En 1995, se descubrió que el Cardenal de Viena era un pederasta. Ratzinger por aquel entonces era prefecto de la Doctrina de la Fé. Exigió echar a dicho Cardenal, pero el sector conservador, cono el secretario personal de Juan Pablo II y su secretario de Estado a la cabeza, se negaron. Ratzinger amenazó con dimitir, pero Wojtyla le hizo desistir.
Otro ejemplo podría ser cuando en 2006, siendo ya Papa, cesó al fundador de los Legionarios de Cristo, del que también se descubrió que había sido pederasta. Dicha orden había sido potenciada por Juan Pablo II, y a pesar de que tenía denuncias desde los años 80, no se había actuado contra ella. Además se sabe que  realizaron donaciones al círculo de poder de Wojtyla, y que lo intentaron también con el de Ratzinger, pero que este las rechazó.


Por tanto, antes de que la gente acuse sin ton ni son a Benedicto XVI, les aconsejaría que se informasen un poco. Hay cosas censurables, desde luego, como por ejemplo que se sigan oponiendo a la teología de la liberación, al matrimonio de los sacerdotes, al uso de preservativos, al matrimonio homosexual, o a que las mujeres se puedan ordenar sacerdotes y puedan dar misa. Sin embargo la mayoría de estas cosas ya las admiten los protestantes, y creo que más pronto que tarde, las acabarán admitiendo también la Iglesia Católica.

Pero lo que está claro es que Benedicto XVI se ha tenido que enfrentar a problemas bastante graves. No ha podido con muchos de ellos, pero al menos lo ha intentado, y eso para mí ya es un punto a su favor. Mucho mejor que el inmovilismo de su predecesor, que por cierto, era bastante anti comunista, y eso no se recuerda tanto como el pasado nazi (y circunstancial) de Benedicto XVI, bastante diferente del anti marxismo de Juan Pablo II en su época de Papa, a mi entender, como por ejemplo la reprimenda a Ernesto Cardenal, sacerdote ministro en la Nicaragua Sandinista.



(Juan Pablo II junto a Ernesto Cardenal, arrodillado).

Tampoco quiero que esta entrada parezca que se escribe contra Juan Pablo II. No es esa mi intención. Lo que hago es comparar a Benedicto XVI con su predecesor, para desmontar el mito de que Benedicto ha sido un papa muy conservador. Es más bien al contrario, ha actuado con más firmeza que su predecesor, quien creo que sí que fue conservador. Pero como digo tampoco quiero poner a Juan Pablo II como el malo de la película. Visitó muchos países, y eso es bueno, pues creo que tiene que conocer todas las realidades del mundo. Sabía un montón de idiomas, y afianzó el diálogo entre diversas religiones. Una cosa que no me convence es que nombró muchos santos, más que en los 5 siglos anteriores. No me convence por una sencilla razón...para nombrar santos hay que ser muy escrupuloso, y esa cifra de más que en los 5 siglos anteriores me resulta cuanto menos sospechosa.

Ha habido muchos Papas a lo largo de la historia, unos mejores y otros peores. No considero especialmente bueno a Benedicto ni especialmente malo a Juan Pablo. Lo que trato de decir es que Benedicto no ha sido tan malo como quieren creer algunos, y para ello le comparo con su predecesor, ya que es el más cercano, lo que tampoco quiere decir que este sea especialmente malo, pues también hizo otras cosas buenas. Por poner algún ejemplo más, fue el 1º Papa que entró en una mezquita (concretamente en Damasco), y rezó en ella.


(El Papa Juan Pablo II en Siria).

También fue el 1º Papa que realizó un encuentro con una comunidad musulmana, en 1985. Por otra parte fue el 1º Papa que visitó Cuba tras la revolución, en 1999, donde fue recibido con grandes honores por Fidel Castro. Posteriormente Benedicto XVI también viajaría a Cuba siendo recibido igualmente con grandes honores por el hermano de Fidel, Raúl Castro.
Entre otras cosas pidió perdón por la actuación de la Iglesia respecto a Galileo. Además fue el 1º Papa en reconocer los derechos del pueblo palestino.

Pongo todo esto por si ha dado la falsa impresión de que no me gustaba lo que hizo Juan Pablo II. Al contrario, hizo muchas cosas muy bien, pero también creo que en otras le faltó valentía, que es la que ha tenido precisamente Benedicto XVI, aunque a pesar de ello no ha conseguido esclarecer las sombras que se ciernen sobre la Iglesia Católica. Esperemos que su sucesor tenga la misma valentía y coraje, y la energía y el tiempo suficiente para acometer las reformas necesarias en cuanto al Banco Vaticano y las guerras internas.